A veces me da miedo. Es inmensa. No abarco. Demasiada gente y poco silencio...Pero es un miedo distinto a otros, miedo a no poder conocerla, a no poder olvidarla, a que forme parte de la época más relevante de mi vida: la del cambio continuo. La de la búsqueda, la del encuentro, la de la pérdida...
Pero Madrid late casi a mi mismo ritmo. O yo llegué queriendo latir al suyo..., y me atrapó.
Madrid es teatro, amor, sonrisa, amigos, vida. Mi vida.
Sale el sol y entran ganas de bailar. Hoy hay nubes y parece que nadie ha dormido bien. La ciudad me lleva.
Nadie sabe quién soy. Puedo sonreír o estar cabreada... Da igual.
Madrid te acoge, formas parte de ella al poco tiempo de respirar toda su contaminación. Y te lo demuestra porque siempre está dispuesta a acompañarte con dirección al olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario