Con nocturnidad y alevosía...

... y casi desde la cárcel

porque sales de un encierro casi increíble por la normalidad con la que la mente acepta los lugares y te metes en una cárcel real que en verdad es el hilo conductor hacia el sueño teatral.
Después de unos días de comerdormircomer vuelta a la ciudad con risas, paseos y dolor de pies siempre agradable, te absorve la exrutina que nunca dejó de serlo y que incluso apetecía.

Me lleva y me da vueltas. Me pone triste y contenta casi a partes iguales... Las ganas de volver a ver caras y sonrisas, de aumentar músculo físicoteatral se mezcla con la DECEPCIÓN sin sorpresa (que eso es lo peor) y la envidia sana a medio camino entre la pérdida de ninguna parte...

Lo difícil que es hacerse mayor y elegir...

Recordando semana y media atrás casi sin querer queriendo iluminando la mirada mirandopensando!