
Ayer me emocioné porque lo que tenía enfrente me había atrapado sin preguntarme si podía. Me secuestró la angustia y la creencia cierta de que aquella ilusión era la más pura realidad. Me emocioné también al ver la de sensaciones que transmite un actor en estado puro encima del escenario. Creo que podría ser hasta más potente que la vida misma si no fuera porque la vida ya da mucho de sí.
Definitivamente, algún día podré parir de esa manera. Ahora lo sé.
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