sábado, 7 de noviembre de 2009

La casa de la fuerza. O de como no dejar de pensar en el dolor con Angélica Liddell

Es mi deseo frente al teatro.
Y probablemente de la mayoría de los que se dedican a este gran y precioso oficio. Al más maravilloso que existe. Al de crear la ilusión...Y la realidad.

Es mi deseo frente al teatro hacer mover, hacer sentir, contar, gritar, remover...
Y sólo ella lo consigue como nadie.
No me gustaría tener esa angustia. Yo sí que no podría vivir con ella.
Sólo quiero que ella ningún día sea débil y cruce la línea.

Mientras espero que eso no pase, seguiré sin dejar de pensar sobre el amor. Y el dolor. Porque de alguna manera supongo me sentí identificada o me sentiré. Algún día. Espero que no.

Amar tanto para morir tan solo

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