domingo, 7 de noviembre de 2010

Y en días como los de hoy

...es cuando mi mente me obliga a parar.
Y dice ¡basta!

Y entonces todo el mundo se viene abajo y la bola del estómago empieza a crecer.
Después de todo, a veces parece que estás creciendo.
Pero no.
Los abrazos con nivel de tila respetable siguen viniendo de los mismos brazos.

Y supones que no pasa nada.
Ahí arriba algo se está aclarando.
Ahora sólo importas tú.

Podrías escaparte a Bilbao sin tener que dar explicaciones.
Porque Bilbao lo cura todo.
Y algunos bilbaínos también.
(Piensas, mientras tienes miedo a que dentro de poco todo vuelva a cambiar y te quedes otra vez suspendida en el vacío, agarrada a una cuerda que, si sigues sin ir al gimnasio, ni siquieras tendrás fuerzas de sostener).

Así que sólo queda seguir apostando contra la gravedad que tú no te vas para abajo.
Que no.

1 comentario:

[Yan!*] dijo...

...claro que no.

Lo sé.