Y parezco gilipollas.
Pero supongo que esto es como la heroína.
Que después del chute orgásmico viene la bajuna chunga donde todo da vueltas.
Sí.
Fue la hostia.
La re-hostia. (Como dirían en mi casa).
Pero ahora llega la noche, el momento de irse a la cama en la uqe no podré dormir (seguro. Contaré las horas que quedan hasta estar sentada frente al ordenador) y todo se oscurece.
Por ti. Por la otra Y por el de más allá. O más acá. POr casi todos. Por mí.
Por mí.
Así que cojo, apago la luz y me voy al baño.
A llorar en silencio.
Y a intentar de nuevo creer otra vez.
Hasta mañana...
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