Ya me lo decía Alfonso...
Capaz de subir a lo más alto y en tan sólo un segundo hundirme en la mierda más profunda.
Quizá porque para salir de abajo, para poder trepar hacia lo más alto hay que tumbarse, pasarse y repasarse por el negro vacío para llegar arriba, al azul del cielo y poder sonreír sin miedo a flotar en las nubes.
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