...o cómo pasar un día a lo tonto y acostarse a las cinco de la mañana.
Cuándo no piensas y dejas pasar el tiempo. Y el tiempo pasa, aunque el reloj de la pared marque las nueve y cuarto. Aunque estés sentada en un sofá. Aunque estés sentada en una silla. Aunque estés...
No sé si me gustan las despedidas a camino entre el sabor amargo del adiós y el dulce del hasta pronto.
Las despedidas me inflaman la rodilla, el menisco parece que es el que se pone triste. Porque no hay que ponerse triste cuando te esperan los cables perfectos para desconectar del enchufe y la arena de playa para meterse en tus zapatillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario