Una muñeca de los chinos para que pudiera sacarse las piernas y ponérselas al día siguiente.
Siempre le venía esa idea los días en los que necesitaba sacárselas sin más. Y siempre a la misma hora, o..., aproximada.
Eran noches en las que imaginaba desmontarse en trocitos al lado de la cama y cerrar los ojos para soñar... La playa, el sol, la buena compañía, los libros, las músicas, las nubes, el movimiento, los bombones belgas...
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