...y aparece una sonrisa provocada por los recuerdos... De cuando eras joven. Sí, joven, cuando no tenías que trabajar, cuando no te preocupaba el dinero y cuando eras capaz de ingerir cualquier tipo de líquido a cualquier tipo de hora. Cuando tampoco había problemas y tampoco pensabas en la posibilidad real de que existieran.
Y entonces el estribillo te trae de vuelta a la realidad y la realidad te vuelve a llevar al recuerdo. Y sonríes. Sonríes por lo que fue y sonríes porque piensas en los besos que ahora te hacen sonreír. En los cafés y en las charlas interminables.
Y sonríes.
Sonríes, pero también te gustaría repetir una noche, un día, un instante de lo que fue con lo que eres ahora. Porque lo que fue te ha hecho llegar a las conclusiones de lo que eres. Y porque, sin duda, te gustaría enseñar al (a los del) presente el pasado.
Quizá con una canción...
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