Muy bien. Has ido al mejor concierto de Sabina en mucho tiempo.
Quizá no sea precisamente el mejor. O ni siquiera distinto a otros.
Fue de puta madre. Como siempre.
Pensaste en sus putos versos. Como siempre.
Los hiciste tuyos. Algunos, no.
Te entraron ganas de llorar una vez.
Bueno, dos. Pero porque a ñoña no te gana casi nadie.
Y es que a veces, lo de siempre, lo que dice todo el mundo, las canciones dicen eso que tienes dentro y que no te sale decir. Pues claro. Y si encima es Sabina el que lo escribe, ni te cuento...
El caso es que el concierto pasó y ahora parece que fue hace mucho.
Y te sirvió para pensar. Porque, ¿quién eres tú si no piensas?
Para darte cuenta realmente quien faltaba allí. Y quien podría sobrar.
Y la conclusión la sacaste al día siguiente, cuando al despertar te sentiste inmensamente feliz de la soledad de la cama.
Qué a gusto se duerme sola, joder.
Y eso que hace tiempo que no duermes acompañada.
Pero qué a gusto. Relajación máxima.
Y seguro que lo anterior a lo anterior no vuelve. ¿Que por qué? Porque ahora no lo ves posible. Lo ves a años luz. Porque no puedes compartir con alguien que tiene miedo a ser feliz. Para eso ya estás tú (a veces).
Así que canturreas por la calle aquello de "que todas las noches, sean noches de boda" mientras piensas que lo de "porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan, nunca mueren" hoy no va contigo.
Y sonríes.
De puta madre. Ya vendrá la crisis. Pero hoy, pienso en la próxima buena conversación orgásmica con el Elegido. Y a andar.
2 comentarios:
La clave es "peor para el sol".
Te lo digo yo.
Quiero verte. No es justo que sólo tengas orgasmos dialécticos con otros. ¿Es que ya no me quieres?
Sabes que tú eres mi preferida, pequeña...Y que por eso mismo nunca te presentaré al fabricante de mis orgasmos dialécticos, estar con los dos a la vez me haría llegar al paraíso. Y eso, me da miedo.
Publicar un comentario