Este año están pasando cosas demasiado bonitas.
Demasiado.
¿O nunca es demasiado?
No sé. Sí.
O de cuando todo sale rodado. Y recuerdas cada sonrisa.
Y te dicen que te quiero. Que quiero hacer teatro.
Contigo.
Que gracias. Que un montóndepalabrasbonitas.
Demasiado. Los ojos rojos. Recuerdos. Sonrisas.
Y homenajes. Más sonrisas.
Y quiero seguir así. En esta nube que porta a todo sentido.
Así de tonta.
así de feliz.
Así de confusa.
Sonriendo como una imbécil al recordar lo último del fin de semana. Al explicarlo.
Al escuchar que de ti no se esperaban eso. O que lo cuentes.
Claro. Para vosotros soy esa mujer sabia, grande pero pequeña, con cafeína que toca los pies. Incapaz de sonreír como una imbécil. Porque es cuasiperfecta. Una pequeña diosa.
Y esto no es el ego. Es el resultado de años de admiración por otros.
Y qué raro es que ahora yo esté en la acera de enfrente.
Y qué placer más extraño también.
¿Cómo no me voy a beber una lata de cerveza mientras escucho el silencio en la terraza?
Echándote de menos. Eso sí. Quiero que vuelvas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario