Y después démonos a la fuga.
Como en las películas.
Igual que la imagen que me angustiaba. La de sangre en la bañera.
Y eso que no veo la tele.
Pero por eso algún día no dije lo de mamá quiero ser artista.
Porque tengo una imaginación desbordante.
Y sólo puedo pensar en ti.
Todo el rato.
Tanto tanto tanto, que hasta te echo de menos.
Todo el rato.
Ya lo he dicho.
Y hasta ahora no había pasado.
Había pensado mucho. Se me había puesto cara de tonta. Había volado a ras de suelo.
Pero este vacío que me ocupa no había pasado por aquí.
Tanto fue que me rajé y cambié el ordenador por el Suzuki. ¿O fue al revés?
Y lo peor es que el arrepentimiento duró 30 minutos.
Se nota que no soy cristiana.
Y que a mí, lo que va es el pecado.
Decir que nos comamos la manzana juntos es demasiado de literatura barata.
Voy a intentar sofisticarme.
Cógete el tren. Y bésame.
No hay comentarios:
Publicar un comentario