miércoles, 21 de diciembre de 2011

California

Hoy es de esas veces que no sabes muy bien qué pensar.
Que quizá las dos copas de cerveza se te han subido a la cabeza... Porque esta felicidad es como demasiado.

Esta capacidad de pensar en lo positivo es desbordante.

Jodidamente feliz.
Como si sintiera que en esto no me estoy equivocando con una seguridad que asusta.
No sé a quién más. Pero a mí me asusta y mucho.

Y no tengo miedo.
Tengo ganas.

Y la única persona a quién he pensado en poderle contar toda esta maraña de sensaciones, emociones, ilusiones o cómo cojones se llamen, ha sido a ti. Que te estás escondiendo debajo de las palmeras...

Esto es sencillamente increíble.
Y sólo espero que esto no se me olvide en los momentos que puedan venir de dificultad... Que serán muchos. Como siempre. O en esos ratos de estupidez adolescente que perviven en mi cerebro.

Venga, coño, agárrate a mi mano, que soy feliz y quiero contártelo.

No hay comentarios: