Hay momentos en la vida quepiensas que no van a llegar.
Tu vida puede girar dos semanas casi en torno a eso.
Pero bah!, piensas, ya llegará. Pensando en realidad que no. O que sí, pero no lo ves como algo real.
Entonces llega ese momento y la garganta se te cierra. Te deja de pasar aire y notas como elementos extraños de tu corporalidad comienzan a hacerse un nudo.
Hoy, que llevabas una mañana de lo más zen.
Respiras hondo y piensas que no pasa nada.
Porque en realidad no pasa nada.
No pasa nada.
¡¡Hay que joderse!!
Da igual.
Estás como los martilalzos que suenan al fondo.
Llena de fuerza.
Este fin de semana te ha dejado claro que hay que apagar los incendios.
Y hay que empezar por los de uno.
Además, no va a dejar de salir el sol.
Y es otoño, sí, pero las plantas van a empezar a crecer.
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